En ocasiones el sujeto principal de nuestras fotografías no es el elemento más importante de la misma, o para ser más exacto no justifica el mero hecho de tomarla; para ello es necesario que confluyan algunas circunstancias que la doten de cualidades que incrementen su valor artístico o documental. Entre ellas la atmósfera permite mostrar al espectador sensaciones anímicas que le transportarán a los paisajes fotografiados. La potencia del blanco y negro en este tipo de imágenes, y una edición atrevida casi nos harán sentir lo mismo que el autor al contemplarlas, en este caso el olor de la tierra mojada de la lejana Islandia.
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Tienes razón, hay fotos que trasmiten un ambiente irrepetible del momento de la toma de la foto. Me parecen muy interesantes:)
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