Este blog es una pequeña ventana a paisajes, tal vez soñados, que nos invitan a iniciar o reemprender de nuevo un viaje a la naturaleza primigenia.

"Las mejores fotografías"

Si tenemos la suerte de vivir junto a lugares salvajes y bellos, las oportunidades de realizar mejores fotografías aumentarán de forma notable, principalmente por disponer de luces muy diferentes durante el año, a poca distancia de nuestro domicilio. Tampoco es necesario que sean entornos lejanos y espectaculares, es más importante disponer de una atmósfera atractiva. Esta imagen está tomada recientemente durante una mañana neblinosa en un pantano del prepirineo leridano. Los juncos desdibujados en la distancia dan un carácter pictórico a la toma y el sol pugnando por salir está situado en un punto fuerte de la misma. Sin embargo, mis mejores fotografías son sin duda aquellas que no pude hacer. El árbol que observo siempre en un lugar determinado junto a la autopista, inaccesible; el arco iris que se aleja de mí por el retrovisor del coche sin tener la oportunidad de parar en un arcén inexistente, o un cielo inolvidable junto al mar, después de una tormenta, en una mezcla de colores que no consigo olvidar y que me pilló sin la cámara a mano. Son fotografías que no volverán, pero que están registradas de forma indeleble, en mis recuerdos. Feliz Año y felices fotos.

"Inferno"

Siempre que hay un río en algún paraje natural (Ordesa en este caso) me gusta ir asomándome a sus orillas en busca de imágenes atractivas. En este caso, a quince bajo cero de temperatura, fuí remontando el río Arazas para descubrir después de atravesar la arboleda, el infierno azul. La dominante de la toma y la presencia de hielo y nieve producen una sensación muy fría pero a mi entender muy atractiva. Lo que estáis viendo es justo lo que recuerdo.

"Árboles danzantes"

Los árboles son un motivo recurrente en la fotografía de paisaje, ya sea formando parte de él o incluso como una abstracción del mismo. En el valle del Besiberri (Lérida) me encontré con estas dos almas en pena, secos y retorcidos por el duro clima del Pirineo. Sus siluetas contra un cielo nublado me parecieron atractivas con su aspecto desolado y tortuoso. Para positivar imágenes con tonos tan oscuros es necesario buscar un buen papel y realizar la copia en inyección de tinta. Los árboles son y serán siempre uno de mis motivos favoritos; me gusta en especial la espectacular imagen de Ansel Adams "Oak tree, Snowstorm".

"Sumergidos"

Hacía frío esa mañana de invierno en la orilla del pantano de "San Antonio", en el Pallars leridano, mientras tomaba unas fotografías a unos árboles que durante la primavera y gran parte del verano, después del deshielo, se encuentran sumergidos, como muestran las marcas negras de los troncos. La disposición de éstos, sus ramas desnudas y la sensación general de desolación me incitaron a realizar un virado azul, acentuando de esta manera la sensación de frialdad, tristeza y melancolía que me transmitía su contemplación.

¿Qué es el paisaje?

Considero que existen infinitas definiciones de las diferentes concepciones del paisaje, pues cada persona puede tener la suya propia. Para algunos puede ser una representación artística del territorio, para otros un registro más o menos fiel de la realidad, también puede ser considerado para los más críticos una burda imitación de la naturaleza... En ocasiones observo fotografías que me parecen excesivamente reales, tal vez porque están realizadas con diapositiva y porque además la luz ambiente no las dotaba del carácter mágico necesario para transformarlas en una imagen más artística, eran sin embargo técnicamente perfectas. Mi concepción del paisaje abarca desde las sensaciones al tomar la fotografía, pasando por la interpretación que de la escena realiza el material fotográfico y que nunca es igual a la realidad, por el trabajo en el laboratorio digital o en el cuarto oscuro en su caso, y finalizando con la impresión de la copia final. Por supuesto el proceso culmina de nuevo con las sensaciones, las que me produce la copia al observarla de nuevo, recordando los instantes vividos, con mayor o menor emoción. Tal vez por ello en la búsqueda de un estilo, dirijo mis pasos a paisajes oníricos, neblinosos, lugares que inciten a entrar en ellos y echar a andar, buscando paisajes nuevos y lugares inexplorados que aunque nos parezca mentira, están muy cerca de nosotros. Como los sueños...