Este blog es una pequeña ventana a paisajes, tal vez soñados, que nos invitan a iniciar o reemprender de nuevo un viaje a la naturaleza primigenia.

"Tesoros ocultos"

No siempre es suficiente una mirada atenta y escrutadora para descubrir todos los paisajes posibles en nuestro viajes y recorridos por la naturaleza, sobre todo cuando la distancia y las condiciones meteorológicas difuminan el horizonte y lo convierten en una acuarela apenas pincelada. Gracias al aviso de mis compañeros, justo antes del descenso a la pingüinera de Punta Descubierta, en Isla Decepción, pude tomar esta imagen de isla Smith, que forma parte del archipiélago de las Shetland del Sur. No es tanto lo que vemos - blancos, azules y algunos tonos de gris en las nubes - como lo que imaginamos al observar en la lejanía esta  curiosa isla montañosa con picos cubiertos de nieve, que mide unos veintinueve kilómetros de largo por ocho de ancho y que tiene una forma ojival y alargada, y que esconde tesoros ocultos, como es en sí misma esta fotografía.      

"El navegante"


Como si fuesen barcos a la deriva los témpanos navegan sin rumbo fijo e hipnotizan nuestra mirada, no podemos dejar de observarlos admirando su color, su textura o su forma. Su color azul nos cautiva y  es motivo suficiente para fotografiarlos. El formato cuadrado me permite en este caso enfatizar el sujeto principal, el único navegante.

"Aprovechar las limitaciones"

Esta fotografía está tomada mientras me desplazaba en autobús al punto inicial de un trekking, y lo hice a pesar de que tuve que disparar con un cristal no muy limpio de por medio o de que era un día oscuro y lluvioso, no muy propicio para tomar fotografías. El paisaje me resultaba especialmente atractivo y mi frustración era grande por no poder disfrutarlo andando, pero es un precio que hay que pagar cuando diseñamos un recorrido y no dependemos de nosotros mismos para realizar los desplazamientos. En el revelado se aprecia la merma de calidad incrementada por la luz existente, pero precisamente las condiciones en las que tomé esta imagen potencian la atmósfera existente y me permiten sentarme de nuevo junto a la ventanilla camino de Landmannalaugar.

"Lo más pequeño es lo más grande"


Crear una imagen es algo más que apretar el disparador de una cámara, es mucho más que encontrarse en el momento oportuno y en el lugar adecuado, sobre todo cuando hablamos de fotografiar el paisaje. Si el paisaje es en realidad una construcción mental, un concepto cultural, entonces fotografiarlo requiere estudio y reflexión, además de saber mirar. Al tomar esta fotografía no me maravillaba el cielo denso y plomizo, tampoco esa atmósfera perfecta para el blanco y negro, ni siquiera la montaña seccionada por esa espada de nubes; lo que focalizaba mi atención era lo más diminuto en un paisaje inmenso, la roca del primer horizonte frente a la mole de la montaña y la violencia de un cielo irreal. Al iluminar ligeramente el fondo y resaltar su figura redonda, el punctum de esta fotografía se agiganta y equilibra el poder de la montaña mágica, un golpe sutil que derrota la potencia del cielo y fija nuestra mirada, finalmente, en lo más pequeño.

"Visión panorámica"


El formato panorámico compuesto por varias imágenes unidas mediante programas informáticos es un recurso que nos permitirá ampliaciones más grandes y con mejor detalle que las realizadas en un disparo único, siempre que se realice de forma correcta. Lo más recomendable es hacerlo mediante tomas verticales para optimizar la proporción del formato. Además es necesario un ejercicio de previsualización que nos permita tomar decisiones acertadas de composición. Finalizado el trabajo de edición y con la copia en la pared, será más fácil reconocer ese paisaje que tanto nos cautivó en la toma y que tantas veces nos defrauda cuando lo vemos en el ordenador. En esta ocasión un pequeño pino enterrado en la nieve llamó mi atención camino del valle de Otal.

"Pirámide"


Al deambular en la naturaleza las formas del paisaje atraen nuestra mirada y entre ellas la forma piramidal no deja a nadie indiferente. El trabajo en escala de grises me permite centrar la atención en las líneas y en el volumen, de tal manera que el sujeto principal adquiere una presencia más evidente que en una toma en color. El primer plano nos ayuda a crear la sensación de profundidad respecto a la montaña, y el cielo cargado de nubes potencia al sujeto principal, una gran pirámide ante la que el paseante-observador siente que debe mostrar respeto y admiración. 

"Paisaje mínimo"

Un campo verde, un cielo azul y unas caprichosas nubes que pasean el horizonte bastan para echarnos al morral un paisaje relajante que se convertirá en una ventana que no dejaremos de mirar si la colgamos en una pared. Siempre se ha dicho que menos es más, y si además acompañan los colores, la receta para evadirnos siempre que lo deseemos está completa.

"Dibujando el paisaje"

Fotografiar la naturaleza es un ejercicio de síntesis y reflexión, finalizando en muchas ocasiones en pura abstracción. Al revisar mi archivo fotográfico me doy cuenta de que no abundan los paisajes abiertos y las miradas amplias si no más bien tomas parciales, detalles que llamaron mi atención y que permiten tal vez transmitir más fácilmente las sensaciones que sentí al tomar la fotografía. 

"El viaje"

Primero los imaginamos, luego los vivimos y finalmente los recordamos. Y si tuviésemos que elegir entre uno de los tres viajes no estoy seguro de la elección, sobre todo si ésta conlleva la renuncia a los demás. La experiencia del viaje, la aventura, es sin dudarlo la parte emocional que va a perdurar en nuestro recuerdo; pero qué inmenso placer nos depara contemplar de nuevo en las fotografías los paisajes que con tanto asombro hemos disfrutado; y qué decir de ese viaje que soñamos antes de la partida, imaginando los lugares que descubriremos en nuestra epopeya hacia mundos desconocidos. El viaje no es únicamente una experiencia de exploración, es sobre todo un ejercicio intelectual en el que confluyen las emociones, el conocimiento y el descubrimiento de una luz diferente que debemos, tenemos que atrapar, para convertir nuestro viaje, en un relato visual que nunca podremos olvidar. 

"Atmósfera"

En ocasiones el sujeto principal de nuestras fotografías no es el elemento más importante de la misma, o para ser más exacto no justifica el mero hecho de tomarla; para ello es necesario que confluyan algunas circunstancias que la doten de cualidades que incrementen su valor artístico o documental. Entre ellas la atmósfera permite mostrar al espectador sensaciones anímicas que le transportarán a los paisajes fotografiados. La potencia del blanco y negro en este tipo de imágenes, y una edición atrevida casi nos harán sentir lo mismo que el autor al contemplarlas, en este caso el olor de la tierra mojada de la lejana Islandia.

"Jugando con el agua"

Cualquier curso de agua, por pequeño que este sea, nos puede brindar la oportunidad de realizar fotografías sugerentes. Las texturas de las rocas, los brillos de las zonas mojadas y el trazado caprichoso del agua cuando utilizamos velocidades lentas nos permitirán "leer" el paisaje de forma diferente y crear abstracciones que nos acercan al lenguaje de los sueños. Es la hora de caminar despacio, de mirar antes de actuar, de reflexionar, de alejarnos del mundo para sumergirnos en el torrente y descubrir el paisaje interior, el más difícil de encontrar pero también el que más satisfacciones nos puede dar.

"... y de repente un árbol"

Al deambular por la naturaleza nunca desesperes, tal  vez  no encuentres el paisaje que anhelas, pero casi siempre te será ofrecida la presencia majestuosa de un árbol, vigía infatigable del mundo, centinela del valle o de la montaña, que te permitirá capturar en un instante los secretos escritos en la corteza de su tronco ajado, como el de este magnífico ejemplar con el que ya he concertado una cita invernal, cuando despojado de todas sus hojas y sintiendo el abrazo de la nieve, me permita atesorar, esta vez en blanco y negro, su imagen pétrea e imperecedera. 

"Islandia, tierra de nieve"


"Tierra de nieve" es el significado del primer nombre de Islandia, acuñado por el navegante vikingo Naddoddr. Esta imagen tomada en la primera parte del trekking de Laugavegur nos muestra un paisaje de ensueño salpimentado de blanco, a pesar de encontrarnos en pleno verano islandés. La sensación al recorrer estos paisajes no es la de asomarse al abismo del origen del mundo, es sencillamente la del asombro y la sorpresa al contemplar la naturaleza como si fuese un fresco pintado sobre el cielo de la mejor pinacoteca que podamos imaginar...  

"Lugares soñados"

En un viaje los imponderables pueden ser numerosos, aunque una buena planificación puede limitarlos al máximo, sin embargo hay uno que puede arruinar nuestro disfrute fotográfico de una manera definitiva: la climatología. Cuando finalmente nos encontramos ante  los paisajes soñados y la niebla o una lluvia persistente los desdibuja en el horizonte, la decepción se apodera de nosotros. Aunque si le damos la vuelta al calcetín, tal vez podamos convertir una limitación en una visión diferente de un viaje que a priori nos permitiría interpretar una melodía bella, pero asequible para todos los músicos. 

"Experimentar"


En la búsqueda de imágenes diferentes que renueven nuestra visión fotográfica y nos ayuden en nuestro recorrido creativo podremos tomar caminos tortuosos y complejos o sendas cómodas y sencillas. Ambas opciones nos permitirán obtener fotografías sugerentes, pero mientras la primera nos obligará a trabajar durante más tiempo el cuarto oscuro digital, la segunda nos permitirá finalizar nuestras obras con una breve y sencilla manipulación digital. En este caso una multiexposición in situ desplazando la cámara hacia arriba y hacia abajo, el posterior virado y el reencuadre pertinente, me permiten crear una abstracción visualizada con antelación frente al motivo. Experimentar con nuestra visión fotográfica no requiere de grandes conocimientos si no de buenas y sencillas ideas.

"Ausencia"


¿Qué características comunes tienen tus fotografías? ¿Cuáles son los elementos que definen tu estilo fotográfico? Tal vez todavía no lo has encontrado o puede que ni te lo hayas planteado como un objetivo, pero en cualquier caso debes saber que en su búsqueda tendrás que recorrer un camino más o menos largo, en ocasiones tortuoso e intrincado, que incluso te obligará a desandar algunos trechos para avanzar de nuevo en la dirección adecuada. Una característica de mis fotografías es la ausencia, normalmente no hay personas en mis paisajes, y de hecho siempre espero a que salgan del encuadre para fotografiar la escena. En realidad para mí el paisaje es una abstracción del mundo, una idealización en la que el ser humano está ausente...aunque en realidad no es así, la única persona "visible" está apretando el disparador, a veces lo hace despierto y en ocasiones soñando, según el paisaje que esté contemplando.

"Visualizar"


Regresando de una jornada fotográfica en el Pirineo, observé desde lo alto de un pequeño puerto de montaña, ya al atardecer, cómo una nube con una forma sugerente se deslizaba sobre los montes de manera perezosa, lamiendo las ondulaciones del terreno en su deambular atmosférico. Afortunadamente había una amplia explanada para aparcar el vehículo y con la urgencia que en tantas ocasiones requiere el paisaje, coloqué el trípode en el terreno y el 70-200 en la cámara. Desde el primer momento visualicé la escena en blanco y negro, exponiendo para la blancura de las nubes y dejando los negros pendientes para el trabajo en el laboratorio...digital. Imaginar in situ la escena terminada, contemplar anticipadamente la fotografía en nuestra imaginación, nos ayudará a tomar decisiones que se verán recompensadas cuando tengamos la copia  en nuestras manos o colgada en la pared.

"Altas luces"


Normalmente somos reacios a incluir las altas luces en nuestras fotografías, todavía más ahora que disponemos en nuestras cámaras de herramientas que nos avisan de las zonas "quemadas" que apenas guardan información. Lo cierto es que si no disparamos hacia la luz, buscando contraluces y altos contrastes, nos estaremos perdiendo imágenes interesantes capaces de mostrarnos fotografías diferentes. En este caso la luz nos atrae y nos lleva en volandas sobre la niebla desde el árbol genuflexo hasta la montaña distante. El peso de la luz queda equilibrado por la presencia arbórea en el lado contrario del encuadre.

"Buscando a Friedrich"


Después de pasear junto a Friedrich y reflexionar sobre su obra, si nos llega la inspiración podremos editar una fotografía más o menos sugerente y transformarla en una creación diferente. No es necesaria una compleja edición digital, con un poco de imaginación y algunos elementos de nuestro archivo, construiremos  un paisaje imaginado y original, al que nunca llegó ningún viajero.

"Al hacer fotografías me he apropiado de los cielos y la tierra, de rostros, muebles, animales, murallas… Después, como si fuera Merlín, los transformaba".  Manuel Falces (1952-2010)

"Diferentes formas de mirar"


Aunque nuestras cámaras "miran" en un formato determinado la edición digital nos permitirá mostrar nuestras fotografías de maneras diferentes en función del paisaje, de nuestros gustos o del mensaje que deseemos transmitir. Lo ideal es realizar la toma visualizando in situ el resultado final, optimizarla en función de lo que queramos mostrar y componer de acuerdo con la decisión que hayamos tomado. El éxito de una buena imagen reside sobre todo en educar nuestra percepción estética, ni más ni menos, simplemente en saber mirar.

"Caspar David Friedrich"


No está de más beber de fuentes ajenas a la fotografía para alimentar la vena creativa que todos explotamos con mayor o menor suerte. Naturalmente la más cercana es la pintura y cómo no, entre los más destacados paisajistas debemos admirar a Friedrich. Su obra "El caminante sobre el mar de nubes" puede resumir lo que sentimos los fotógrafos ante el paisaje: la admiración por lo sublime al contemplar el abismo que la naturaleza nos ofrece, la aventura del viaje y el misterio de lo desconocido. 

"Bardenas Reales"


Un paisaje previsible y a pesar de ello un territorio que no deja de sorprender al fotógrafo, las Bardenas te atrapan sin darte cuenta y cuando abandonamos el lugar ya estamos pensando en la próxima visita, en las luces que nos encontraremos y en las nubes que seguro complementarán un desierto que no es tal, un paisaje árido pero acogedor que nos invitará a disparar en color o en blanco y negro, que en esta imagen potencia una sensación tridimensional gracias a la disposición de las nubes y al tratamiento en el laboratorio digital. Hasta pronto Bardenas Reales.

"Le jardin du mal"


Moldear una fotografía como si fuese barro, dotarla de textura y oscurecer los bordes hasta crear la atmósfera del miedo, virarla para retroceder al pasado y finalmente darle un título. Todo ello forma parte de un proceso, de una metamorfosis que nos aleja del mundo real pero que nos asoma a la literatura y al abismo, el del paisaje inventado.

"Cazador o pescador"


A grosso modo distingo dos tipos de fotógrafos, el cazador y el pescador. El fotógrafo cazador recoge los pertrechos, se calza las botas y armado con la cámara recorre parajes, calles o paisajes buscando con ahínco una buena imagen que echarse al morral. La pericia y también la suerte le permitirán conseguir su objetivo o volver de vacío o con unas cuantas fotografías anodinas. El fotógrafo pescador, después de cebar la zona elegida, prepara los aperos y sentado en una silla plegable lanza su caña a la espera de que las luces iluminen el motivo elegido para echar a la cesta una imagen formidable si todos los preparativos fueron correctos. Pero también podemos pescar a cucharilla, recorriendo el río arriba y abajo tras elegir el mejor señuelo y la hora determinada. Esta imagen es un ejemplo de dicha técnica, muy cerca del fotógrafo pescador y sin embargo cazada a pie de coche, con el motor encendido, en una carretera de montaña del pirineo leridano. 

"Reciclaje fotográfico"


Una de las decisiones que debemos tomar respecto a nuestro archivo digital es la eliminación de las imágenes que no alcanzan un mínimo nivel de calidad. Por una parte debemos ser exigentes para no acumular ingentes cantidades de fotografías insulsas, pero también tenemos que asegurarnos de que agotamos todas las posibilidades de aprovecharlas, incluyendo por supuesto el monocromo. En esta ocasión una toma en color muy normalita de las Tres Sorores, en el Valle de Ordesa, se convierte gracias a la edición digital, en una fotografía monocromo en la que he oscurecido el cielo para resaltar el "algodón" de las nubes. El re-encuadre al formato cuadrado elimina una de las cumbres pero dinamiza la toma al lanzar desde la cumbre de la izquierda las tres nubes hacia la esquina superior derecha, mientras el pico más alto "sostiene" el peso del punctum (Roland Barthes) y equilibra la composición.

"El paisaje romántico"


Las formas de las ramas y la presencia de la niebla me inspiraron para revelar esta imagen al estilo de la pintura romántica. Color vívido en la pestaña de calibración de cámara en Photoshop y algo de claridad negativa para el desenfoque, me permiten acercarme a la pintura y disfrutar de este paisaje de Artiga de Lin (Viella). Me acerqué a esta zona en busca de fotos de otoño y en una tarde con el cielo cubierto de repente la niebla se nos echó encima, momento que aproveché para disparar la cámara a diestro y siniestro. Una hora más tarde ésta había desaparecido de forma mágica y el paisaje volvía a ser el de antes.

"El solitario III"

Esta es la imagen completa de la fotografía "El solitario" que nos permite reflexionar sobre las diferentes interpretaciones  que podemos hacer de un mismo negativo digital.  La soledad del sujeto, en este caso un árbol, se hace más evidente al incluir en el encuadre un paisaje de mayor amplitud que incrementa la sensación de abandono y soledad, aunque realmente los árboles nunca están solos...

"El circulo mágico"

Podría ser un reflejo en el agua al dejar caer una piedra en la superficie, pero en realidad es una haya bailando, girando sobre sí misma y trazando con sus hojas un circulo mágico que puede verse en contadas ocasiones en la falda del Moncayo, cuando el cierzo sopla desbocado y permaneces tumbado y en silencio. La multiexposición en un mismo raw me ha permitido inventar esta imagen, más cerca del cuento y la leyenda que de la realidad, pero que sigue estando muy cerca de la naturaleza.

"Hayas de la mano"

Pocas veces hacen justicia nuestras fotografías al paisaje real y sobre todo a lo que sentimos cuando lo contemplamos. Debemos ser conscientes de la limitación del medio fotográfico buscando "in situ" y a pie de obra la mejor imagen posible. También es necesario arriesgarse y buscar el contraluz que nos permita asombrarnos ante la contraposición de las sombras frente a la luz, en este caso amarilla, de dos hayas que van de la mano. 

"El solitario II"

La primera elección al contemplar el paisaje fue pensar en la imagen en blanco y negro, aunque funciona perfectamente en color. Y a continuación estudié la composición, que me permitía más de una interpretación. En ocasiones me gusta centrar el sujeto principal, me da la sensación de que la escena rota sobre él y enfatiza su importancia. El peso visual de la ladera a su derecha se ve compensado por las nubes del lado contrario... y por la tenue sombra del solitario. Una vez más pocos elementos me permiten encontrar una situación sugerente. En el terreno no podía apartar la mirada del árbol, y existe otra fotografía sin ladera, sólo nubes, nieve y madera. Bueno, y una tenue sombra a su vera.

"Paisajes soñados"

Podemos encontrar los paisajes soñados en la realidad, que siempre supera a la ficción, pero también podemos construirlos con herramientas de edición que nos permitan bucear en mundos nuevos, en lugares diferentes que no pertenecen a nadie porque ningún fotógrafo los descubrió antes. En este caso en el que la toma se ha reencuadrado al formato panorámico, el río Arazas se desliza junto a un bosque ligeramente retocado para saturar por zonas los amarillos de las hojas. Los límites en el retoque se los impone cada uno en función de lo que buscamos en cada fotografía.

"Los olvidados"

Un grupo de almendros medio abandonados desparramados en lo alto de un monte llamó mi atención y detuve el coche en la cuneta para disparar algunas fotografías. Los matojos se apoderaban del terreno y sus ramas desaliñadas incrementaban la sensación de olvido y desamparo. En el revelado digital he disminuido la saturación y la intensidad del color para incrementar la sensación que me produjeron; a partir de ahora "los olvidados" tendrán un recuerdo en la memoria del fotógrafo.

"La puerta oculta de Alicia"

El otoño pasado me desplacé a los bosques de Irati con la intención de fotografiar el hayedo incendiado de amarillos y ocres. Al finalizar la mañana, después de recorrer los alrededores del embalse de Irabia, tomé una senda que remonta el río Urtxuria buscando algún paraje en el que el agua y los árboles me regalasen una buena imagen. En un lugar que me pareció interesante, descendí la ladera hasta la orilla del río, y mientras contemplaba el remanso que formaba, la fortuna quiso que mis botas resbalaran en la piedra sobre la que me apoyaba, cayendo de espaldas sobre la mochila, los dos pies en el aire y la mano sujetando trípode y cámara. Sentado todavía sobre el terreno, con la vista elevada debido a mi posición tras el resbalón, observé en la parte superior de la ladera, muy por encima de la orilla opuesta, la puerta oculta de Alicia, el acceso al país de las maravillas, una imagen sugerente y misteriosa que naturalmente no conseguí plasmar en mis fotografías tal como la contemplé en aquel momento, pero que me permite al observarla que mi memoria sea de nuevo paisaje.

"Hombre lento"

Ejercitar la abstracción, además de atención y concentración, requiere paciencia, perseverancia y tiempo. La fotografía pausada, lenta, reflexiva, necesita masticar el paisaje para desgajarlo en porciones minúsculas y sólo entonces descubrir en la inmensidad del espacio algún tesoro oculto que podamos llevarnos en el zurrón. Por ello es necesario viajar despacio, caminar pausadamente, paladear con devoción cada instante y en un ejercicio supremo de autocontrol, renunciar a nuevos paisajes que recorridos a vuela pluma no nos permitirán captar su verdadera esencia, la que contempla un hombre lento. 

"Negro sobre blanco"

Las ramas de un arbusto y la nieve cubriendo el paisaje son suficiente motivo para acercarnos a la fotografía de manera sigilosa, buscando pulsar los resortes sutiles de la abstracción que nos produzcan placer en la contemplación de una imagen tan simple que no tiene secretos, bueno tal vez alguno, la textura de la nieve y que está cazada con un 70-200 que me permitió "cuadricular" el paisaje del valle de Otal en Bujaruelo.

"La tormenta"

El blanco y negro es la máxima abstracción de la fotografía de paisaje y nos permite describir la naturaleza desde una perspectiva diferente en la que el mensaje se apoya en las texturas, la composición o la luz. Un degradado digital me ha permitido resaltar aún más la amenaza de la tormenta perfecta, ahora que tan de moda está. A pesar de ella, la montaña nos espera y nuestro ánimo no desfallece, la aventura nos aguarda...

"The Poe trees"

Supongo que las hayas de la fotografía pueden habitar en cualquier cuento de E. A. Poe o porqué no en los de H. P. Lovecraft. Literatura y fotografía van muchas veces de la mano y unos pequeños toques en el cuarto NO oscuro me permiten acercarme a la atmósfera del miedo y el misterio.

"Juncos sobre esmeralda"

Normalmente concentramos nuestra atención en el motivo y nos desentendemos del fondo, de lo que hay detrás de lo que nos ha llamado la atención. Hasta que no descargamos las fotos en el ordenador y las observamos no nos damos cuenta de que un segundo plano caótico, con demasiada información o con colores similares nos ha arruinado la toma. En este caso el verde esmeralda del agua potencia la imagen de los juncos y conforma una toma minimalista y equilibrada.

"El bosque amarillo"

En el otoño la niebla se apodera del bosque y lentamente va tiznando las hojas de color amarillo. No se sabe cuando llega la nube blanca que todo lo envuelve, ni tampoco porqué pinta las hojas de amarillo, mucho menos la razón por la que permanece sin dejar ver el sol hasta que los árboles se quedan desnudos. Lo cierto es que el bosque en otoño es como un sueño que no debemos dejar escapar. El bosque amarillo es Irati.

"Alto contraste"

Cada vez me atrae más el formato cuadrado, tal vez porque exige una atención mayor a la hora de estudiar la composición, tal vez porque una vez resuelta me parece más equilibrada que el formato universal. ¿Para cuando nos obsequiarán los ingenieros con una cámara asequible que "vea" en formato cuadrado? Mientras tanto no queda más remedio que tirar del reencuadre una vez realizada la toma en 24x36, anticipando mentalmente la composición, o descubriéndola al revelar el negativo digital. Como esta nube blanca sobre una diagonal terrestre, blanco, negro y pocos grises, alto contraste en el pirineo.

"Luz de luna llena"

Una asignatura pendiente, la fotografía nocturna, que nos puede proporcionar imágenes sugerentes y diferentes a las que normalmente realizamos. Además podremos disfrutar de la soledad de la noche en un entorno que se vuelve salvaje a pesar de no serlo. Un trípode y un disparador de cable nos permitirán sacar partido a la luz, sí, siempre la luz, que aún a oscuras suma fotones y nos permite "ver" el paisaje nocturno.

"Piedra"

Simple hasta el extremo y a la vez compleja, la toma original de esta imagen es naturalmente un raw en formato 3x2. Siguiendo las normas clásicas de composición, su posterior reencuadre debería "colocar" la piedra en algún punto fuerte marcado por la subdivisión de la fotografia en sucesivos cuadrados o diagonales. En este caso he buscado de forma deliberada que la piedra descanse en una ubicación incorrecta, que incluso moleste nuestra mirada, para de esta manera acentuar la sensación de inestabilidad de la misma sobre la pendiente. Un virado posterior nos hace retroceder a los albores del pirineísmo, o así me gustaría.

"Buscando el camino"

En ocasiones se pierden las ganas de fotografiar y entonces es el momento de cambiar el rumbo, de emprender una aventura en forma de viaje o de reto que nos permita empuñar de nuevo la cámara con ganas de mirar. Tu camino puede estar en un bosque del Moncayo, en las calles de una ciudad o tal vez en tu cabeza.

"Blanco sobre blanco"

Las nubes sobre la nieve, un azul limpio inundando el cielo y la luz sobre la colina para focalizar el punto de interés. La imagen admite un reencuadre eliminando la parte superior, pero esa nube cerrando el paisaje y anunciando agua entiendo que proporciona equilibrio en contraposición a la calidez de la zona iluminada por el sol.

"El viaje"

La emoción nos embarga desde que lo planificamos y sobre todo cuando lo imaginamos. Todos hemos viajado sin haber estado allí, y en ocasiones aquel viaje soñado fue mejor que el realizado y no llegamos a comprender porqué es así. Tal vez depende sobre todo de la imaginación de cada uno, el que tenga la suerte de soñarlo y después contemplarlo es un afortunado.
Azul limpio sobre gris volcánico manchado con nieve pura, paisaje minimalista y composición clásica para soñar "La Antártica".

"La nube"

Nubes hay en todos sitios, capaces de convertir paisajes anodinos en imágenes diferentes. Si además lamen el terreno, ocultando bosques y vaguadas, ríos y montañas, para después alejarse de forma perezosa, nos regalarán tomas cuando menos sugerentes y en ocasiones espectaculares. Es entonces cuando el blanco y negro puede potenciar su grafismo, arriba y abajo, para demostrar que sigue vivo, y por muchos años.

"Atlántida II"

Aunque a veces los sueños se cumplen (Atlántida), pues he tenido la suerte de pisar la auténtica Atlántida y regresar, existen muchos parajes cerca de nuestro entorno que en determinadas condiciones se transforman en lugares imaginados que muchos de los habitantes de la zona no reconocerían al contemplar las fotografías. Sólamente es necesaria una luz especial o un encuadre creativo que nos permita plasmar un paisaje muy diferente al que contemplamos asiduamente. En este caso una ladera nevada nos invita a explorar la isla perdida de Platón...

"Reflejos"

La luz, siempre es la luz el secreto a voces que los alquimistas de la imagen persiguen en todas sus formas pero que en pocas ocasiones modelan con sabiduría debido a su carácter indómito y a nuestra ignorancia. Comprenderla es triunfar, ya sólo queda perseguirla sin descanso y atraparla entre bits, haluros de plata o neuronas, no importa el medio sino el momento.

"La roca II"

Esta es una nueva versión de la imagen titulada "Roca", esta vez respetando el formato original pero pasada a monocromo y posteriormente virada. Es una imagen tratada por zonas, en concreto la roca para hacerla más luminosa. Cuando encargamos las copias a un laboratorio industrial, virar el blanco y negro nos evitará problemas, pues normalmente obtendremos una dominante tirando a magenta en función del papel que sobre todo observaremos en los negros.

"Desolation Angels"

Es el título de un excelente Lp del grupo "Bad Company" de hace ya unos cuantos años y que me ha venido a la cabeza al contemplar esta imagen de una bandada de aves sobrevolando la oscuridad de las tierras de Mordor, la "Tierra Negra" situada al este de la montañas de Ephel Dúath, como todo el mundo conoce... En contra de lo que pudiera parecer la fotografía no está virada, únicamente he tocado niveles y corregido la exposición, reencuadrándola al formato panorámico. En este tipo de tomas no es necesaria mucha nitidez e incluso algo de ruido favorece el carácter onírico de la misma.