Podría ser un reflejo en el agua al dejar caer una piedra en la superficie, pero en realidad es una haya bailando, girando sobre sí misma y trazando con sus hojas un circulo mágico que puede verse en contadas ocasiones en la falda del Moncayo, cuando el cierzo sopla desbocado y permaneces tumbado y en silencio. La multiexposición en un mismo raw me ha permitido inventar esta imagen, más cerca del cuento y la leyenda que de la realidad, pero que sigue estando muy cerca de la naturaleza.

Este blog es una pequeña ventana a paisajes, tal vez soñados, que nos invitan a iniciar o reemprender de nuevo un viaje a la naturaleza primigenia.
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precioso momento!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios Miruna.
ResponderEliminarmuy hermoso es perfecta para la inspiracion
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