Crear una imagen es algo más que apretar el disparador de una cámara, es mucho más que encontrarse en el momento oportuno y en el lugar adecuado, sobre todo cuando hablamos de fotografiar el paisaje. Si el paisaje es en realidad una construcción mental, un concepto cultural, entonces fotografiarlo requiere estudio y reflexión, además de saber mirar. Al tomar esta fotografía no me maravillaba el cielo denso y plomizo, tampoco esa atmósfera perfecta para el blanco y negro, ni siquiera la montaña seccionada por esa espada de nubes; lo que focalizaba mi atención era lo más diminuto en un paisaje inmenso, la roca del primer horizonte frente a la mole de la montaña y la violencia de un cielo irreal. Al iluminar ligeramente el fondo y resaltar su figura redonda, el punctum de esta fotografía se agiganta y equilibra el poder de la montaña mágica, un golpe sutil que derrota la potencia del cielo y fija nuestra mirada, finalmente, en lo más pequeño.

Este blog es una pequeña ventana a paisajes, tal vez soñados, que nos invitan a iniciar o reemprender de nuevo un viaje a la naturaleza primigenia.
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